Si uno no quiere encender hogueras no juega con fuego. Semana con Luna Llena (jueves 1), en Aries y muy cerca de Quirón Rx. El regente de esta luna, Marte, sigue retrógrado, perfeccionará un trígono con Venus en Leo y otra cuadratura más con Saturno justo después de salir de su retrogradación (martes 29). El fin de semana trae cambios, la entrada de Venus en Virgo (viernes 2) y el final de la retrogradación de Plutón (domingo 4).
Desde que Marte entró en Aries, empezó a retrogradar y perfeccionar cuadratura con la triple conjunción en Capricornio (Júpiter, Saturno y Plutón) ha habido uno que otro encuentro -a veces con subidas de tono- con el guerrero interno. El Sol sigue transitando Libra, hay un Otro involucrado. Marte Rx en Aries habla de acción asertiva. Lo que hacemos al otro es una proyección del trato que nos damos a nosotros mismos. A veces esos espejos se quiebran para revelar heridas de las que no somos muy conscientes. Paciecia. No es necesario poner siempre el dedo en la llaga, pero si sucede hay que recordar que se puede elegir ahondar la herida o sanarla (Quirón). Con Mercurio instalado en Escorpio -y más de lo habitual porque retrogradará del 14 de oct al 3 de nov- ese espejo puede ser la puerta a una comprensión profunda de los aspectos más básicos de nuestra naturaleza. ¿Qué tipo de espejo queremos ser? ¿Qué nos muestra el otro de nosotros mismos?
Las Lunas Llenas son ya de por sí emocionales. Esta se da en Aries, cerca de Quirón Rx y con Marte en tensión a la triple conjunción en Capricornio. De esta energía estamos probando ya hace algunas semanas, cuidar con las decisiones, la acción consciente. Si bien el trígono entre los amantes estelares Marte - Venus promete fuegos artificiales en más de una cama o cena romántica y en general beneficia las relaciones, hay escenarios donde se nos puede ir la mano con la pirotecnia. La máxima de esta semana bien puede ser "Haz al otro exactamente lo que esperas que te haga". Tal vez en el imaginario común existe esta utopía del mundo perfecto donde la armonía está basada en la ausencia de disparidad. Fácil, sí. Desafiante, no. No por nada el adagio popular dice que uno se conoce en situaciones de tensión. La triple conjunción ha sido el aspecto de este año -comenzó en enero-. Bastante sabemos de sentirnos desnudos y con miedo. Plutón y Saturno están por despertar y con ellos la maestría para renacer y comprometernos con crear una nueva realidad. Después de todo ¿Cómo se sienten después de capotear este complejo año? Ser dueños de las pasiones y controlarlas. Levantarse cuando la vida duele. Permitirse dejar en el camino un poco de piel. Ser más dueños de nuestras pasiones. Saber esperar. Eso devuelve la confianza y es un indicio de que algo se ha aprendido. Eso da experticia. Eso es poder. Poco a poco estas energías se van haciendo conscientes.
La diosa Venus llega a la tierra de Virgo. Los intereses toman formas prácticas. Esta Venus representa el amor elevado a través de lo simple y cotidiano de la vida. Es un amor independiente porque ha aprendido a estar solo. Por eso cuando se enamora su entrega es total. Al ser territorio de Mercurio es analítica, perfeccionista, tiene una lección a través del amor propio y permitirse ser humana. Puede ser muy autoexigente y perfeccionista lo que la puede llevar a la crítica constante. Su firma es la prolijidad e impecabilidad, cuida de su cuerpo y procura mantenerlo en armonía con su espíritu (Piscis). En sus relaciones es elegantes, sobria y entregada, busca conexión intelectual. El orden, la limpieza y el servir son temas tan importantes que hasta pueden ser el lenguaje de su amor.
Si hay que forzar es mejor esperar. No hay por qué desgastar energía en algo que se resiste y puede terminar en explosión. El que sabe esperar aguarda por el momento oportuno.
Namaste aliens.
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