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Starpath 15 – 21 de junio. Eclipse de Luna Nueva en Cáncer. Siempre se puede volver a casa


A mí este starpath me cae de perlas. Hola aliens, ¿cómo llevan esta época de cambios? La marea emocional sigue alta, ahora la atención se dirige a ese lugar donde siempre es bueno llegar o volver, la casa. Durante los últimos dos años (nov 7 de 2018 – mayo 6 de 2020) el alma se ha dedicado a re estructurarse y soltar la rigidez (Nodo Sur en Capricornio) para volver a su lugar de origen, el hogar (Nodo Norte en Cáncer). No ha sido sencillo, justo en este 2020 Capricornio tuvo de visita a Saturno, Júpiter y Plutón, unidos. La realidad se ha transformado porque nuestro interior está mutando. Los cambios no paran, la entrada del Sol en el 0º de Cáncer celebra el inicio de la época para recordar de dónde venimos, cuál es el bagaje emocional y ancestral con el que viajamos y con el que buscamos pertenecer.


Los eclipses del 21 de junio (Luna Nueva en Cáncer) y 5 de julio (Luna Llena en Capricornio) serán los últimos en el eje Cáncer – Capricornio. El de Luna Nueva se dará en el 0º de Cáncer, el de Luna Llena se dará en el 13º de Cáncer, justo donde Mercurio empieza su retrogradación esta semana (jueves 18 en el 14º de Cáncer). Si la pregunta de dónde vengo y para donde voy no les suena familiar, los eventos de las próximas semanas obligarán a pensar en ella.


En la Kabbalah, la Luna es el arquetipo de Yesod, el fundamento del universo, noveno Sephirah y base de la columna del Equilibrio en el Árbol de la Vida. Este centro energético es el encargado de purificar todos los centros energéticos restantes. Yesod es el fundamento porque purga los contenidos que impiden la manifestación de armonía en la realidad. Por eso el arquetipo de Yesod es la Luna, quien mece la cuna de las emociones, el útero, la esencia de madre y tribu. La energía de Cáncer es altamente profunda, sensible e intuitiva, es el aprendiz emocional. La máxima de Cáncer es construir su nido de amor familiar donde cabe toda su manada. Es muy perceptivo al contacto exterior, por eso, si Cáncer tiene la fortuna de nacer en una familia donde comprenden su compleja emotividad, emergerá seguro de sí mismo. Pero vinimos a aprender. La lección de Cáncer es entender que el entorno no siempre entenderá su profundidad y que la vida no siempre parece una historia de amor, cuanto antes Cáncer asuma esta lección más rápido logrará su adaptación social. Cáncer cae en el drama porque le importa, ¡y le duele! Cuando se da cuenta que este mundo también puede ser algo inhóspito se desmorona. Es hijo de la Luna, de ahí que sea tan voluble, sus emociones son su debilidad y su don. Es de metabolismo lento, casero. Su naturaleza es bondadosa, parsimoniosa y soñadora. Cuida con recelo su intimidad, por eso puede caer en personalismos extremos que, una vez aprende a superarlos, le permiten confiar en los demás, abrirse y ser un apoyo excepcional para otros.


Sabemos que los eclipses son detonantes de situaciones límites, escenarios que el alma sabe –por el alma siempre sabe- que debe abandonar para acoger otros y seguir su camino de evolución. Los eclipses son como ese empujón o patada de las fuerzas energéticas del cosmos para que uno siga con su proceso kármico. Por eso no es extraño escuchar en esta época de matrimonios, separaciones, mudanzas, partidas y cambios sustanciales de vida. El alma ya lo ha elegido, ahora le corresponde al avatar asumirlo.


Tres eclipses en un mes. Sí o sí, los cambios no dan espera y la vida se acelera para todos, lo que está por caerse o nacer se cae o nace, por eso no está de más moverse con moderación y desapego, abrir los sentidos y la mente para captar las señales que el universo está enviando y bueno, dejar que el Plan Mayor se manifieste. Mercurio retrogradando en Cáncer, en conjunción al grado donde se dará el eclipse de Luna Llena, y el Sol haciendo conjunción con el Nodo Norte en el 29º de Cáncer (sábado 20), muestran que para poder asumir esta camino álmico de nuevas creencias, filosofías de vida y cambio de chip (Nodo Norte en Géminis – Nodo Sur en Sagitario) hay que terminar de resolver cabos sueltos del pasado relacionados con familia, tradiciones, emociones, raíces, lo femenino y el hogar.


Este solsticio se da en medio de un Sol que busca su destino (Sol conjunción Nodo Norte) y un Marte fortalecido, aspectos que hablan de la energía que marcará esta época estival. Si Marte dio dolores de cabeza las semanas pasadas, ahora se reivindica haciendo sextiles con Plutón (viernes 19) y Júpiter (sábado 20) en Capricornio. El inmenso caudal de energía y fortaleza de Marte ahora es la gasolina para transformarnos tanto física como emocionalmente, es la fuerza de la fe y del entusiasmo para descubrir y perseguir aquellas verdades que empiezan a vislumbrarse para cada uno.



Avanti semillas viajeras.


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