A los momentos más felices y de mayor aprendizaje en mi vida los precede una lanzada al vacío. No sabía qué iba a pasar. Igual me tiré. Fue lo mejor que pude hacer.
Mercurio en la Astrología es el encargado de darle forma mental a las percepciones y volverlas ideas y palabras; es el planeta de la inteligencia, el pensamiento y el aprendizaje. Mercurio está activo, el lunes 27 abre la semana entrando a Tauro y haciendo un trígono con el Nodo Norte en Cáncer. El martes 28 perfecciona una cuadratura con Saturno en Capricornio y el jueves hace su conjunción anual con Urano en Tauro. Sumado a esto Venus en Géminis –regente de Tauro y quien está a punto de retrogradar-, hace una cuadratura con Neptuno en Piscis.
De no ser por Urano, el Sol en Tauro debería ser una temporada lenta, tranquila y parsimoniosa Hasta el 2026, cada vez que el Sol, Luna, Mercurio, Venus o Marte pasen por Tauro harán conjunción con Urano. El Sol ya lo hizo el domingo, el jueves le corresponde a Mercurio. La influencia de Urano en Tauro ha sido un cambio de imagen para el clásico Tauro. Pero para que la liberación en Tauro ocurra hay que desarraigar al Ego (Sol) y a la mente (Mercurio) del letargo de lo conocido. Las conjunciones Sol y Mercurio con Urano hablan de grandes cambios que vienen de una situación colectiva. Este punto de quiebre es precisamente la reinvención de la zona Tauro. La forma cómo nos movemos con la materia está cambiando. Urano en Tauro es el revolucionario en la relación con los recursos, lo que valoramos; Plutón y Saturno en Capricornio son la transformación de las estructuras y la puerta de entrada hacia una nueva realidad.
Asumir los cambios que están ocurriendo implica cambiar el chip mental y empezar a decidir diferente. Escoger desde la desapego (Urano) y no desde la rigidez (Saturno) es lo que impulsará el proceso de liberación de Tauro. Para mí eso sí es revolucionario. La cuadratura entre Mercurio y Saturno toma la forma de la incomodidad que produce elegir desde la zona conocida. Se siente raro saber que uno está eligiendo por apegos. Es como hacerse una zancadilla consiente. La vieja excusa de mejor malo conocido que bueno por conocer. El sextil de Mercurio con el Nodo Norte es el premio cósmico por salir de la zona cómoda. La mente conecta con su propósito cósmico y atrae los momentos y personas indicadas. Uno empieza a sentirse en casa. A encontrarse. Dicen que la suerte –yo lo llamo el destino- es lo que sucede cuando la preparación se encuentra con la oportunidad.
El problema de elegir al malo conocido -aun cuando las señales sean claras- es la reiterada decepción. Los círculos viciosos en los que la mente patina. El malo conocido puede ser una actitud caduca, una forma de pensar peligrosamente ortodoxa, una relación desequilibrada, un cálido quiste donde uno hizo cama pero al que la materia le brota por los poros. Venus es el regente de todo lo que está pasando en Tauro. El domingo hace una cuadratura con Neptuno en Piscis y dentro de poco empezará a retrogradar. Esto de preguntarnos y elegir qué queremos va a ser un tema. Tal vez necesitamos desilusionarnos más y reventar más bombas de jabón para entender que seguir aferrados al malo conocido –las obsoletas escalas de valores y relación con los recursos-, en lugar de liberarnos nos vas a seguir esclavizando cada vez más.
Se fue el tecnicolor. La bomba de jabón explotó… ¡Por fin!
Mucho amor aliens.