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Starpath 22 – 28 de julio. Such a Leo!


Escuché un rugido.

Alguien de muy buen talante ante mí se paró.

De garras fuertes y largas, dientes para destrozar.

Mejor voy con cuidado, a este hay que tratarlo con respeto.

-La Concha-

Poco a poco la zona Cáncer empieza a despejarse. La temporada del cangrejo termina, luego de zambullirse en la emotividad del agua, es tiempo de salir de la concha y disfrutar del Sol. Leo es inspiración, luminosidad, diversión, cae muy bien después de eclipses. Con Cáncer fue un periodo de nutrirse a través del desafío que representa dejar ir y estar ahí para uno. Ahora es tiempo de celebrar que se pasó al otro lado. Uno sigue dejando ir pero sin tomarse la vida tan en serio.

¿Qué enciende su corazón? ¿Qué lo hace vibrar? ¿Qué lo conecta con la mejor versión suya? Leo vive entre el ser decididamente gregario y un sibarita empedernido, su vida es chispeante y no la concibe de otra forma. Todo lo que hace es una extensión de su exuberante forma, se mete donde siente que brilla y puede mostrarse. Sí, puede ser arrogante pero también juguetón, esto no es excepcional en Leo, el león es así. A su temperamento le sobra aplomo, por eso, con la llegada del Sol a Leo donde, además, es regente, llega la época de mostrar de qué está hecho uno. Si nunca se animó a probar sus dotes como líder o director, el momento es este. Claro, a Leo le gusta liderar cosas que vibren al unísono con su corazón, si se embarca a dirigir un proyecto es porque está convencido que desde allí da lo mejor de sí. A diferencia del mando agresivo y militar de Aries, Leo es de corazón magnánimo y confía tanto en sí mismo que sabe que imponer por sobre todas las cosas no es lo suyo. Su encanto viene de una mente intelectual y un carácter convincente; es recto, honesto y noble. Con el Sol en Leo las cosas se hacen en grande pero cuidando los detalles. Leo es un signo fijo, sus opiniones también son así, por eso le cuesta ser tolerante y aceptar otros puntos de vista, su seguridad a veces raya en la prepotencia. El amor de Leo también es grande, así como la melena del león. El afecto de Leo es fuerte y amoroso. No es de amar tímido. La temporada de Leo es para vivir la vida en todo su esplendor, para ser generoso en el amor, con los otros y con uno mismo. Es un mes para descubrir la capacidad de crear y dar vida a algo propio, algo que resuene con quien uno es. Esto demanda compromiso con uno mismo, el amor propio es, entre otras cosas, dar la vida por aquello que mejor representa a quien uno es. Inscríbase en ese curso de teatro, vaya y haga ese viaje que lleva diez años postergando, hágase ese cambio de look que le gusta pero no se ha atrevido a ser, el momento para tirarse por el tobogán es ahora.

Esta semana, además de la entrada del Sol en Leo, también es la de Venus. Venus entra en Leo el sábado 27 y tira purpurina a su paso. Sí, la concha de Cáncer se abrió y el escenario está listo para dar la mejor actuación. Venus en la tierra del rey de la selva es particularmente afecto al teatro, a lucirse. Ama ser el centro de atención, es un momento para explotar capacidades artísticas y dejarse ver a través de la pintura, la escultura y todas las formas de arte en general. Y como con Leo todo es a lo grande pues con la diosa del amor en su casa el amor también se vive así. A esta Venus le gusta que su amado sepa que está ahí para él. Es cariñoso, afectivo, muy serio en sus sentimientos y cálido. No es momento para quedarse en casa, vaya saque a su novio o novia a dar una caminata por un parque, vayan al cine, hagan deportes juntos, el Sol es todo suyo. Ojo, esta Venus ama que la vean, su atracción hacia el sexo opuesto puede ser o no voluntaria y, cuando no logra ser el centro de la reunión, se ofende, tal cual como Leo. Entonces sus dotes histriónicos salen a flote y hace un numerito dramatizando su desdén, esto es perceptible sobre todo en las féminas –me incluyo, tengo a mi Venus en Leo-. Disfrute del amor y del placer que produce vivir, vigile caer en el esnobismo y si se deslumbra por los placeres, recuerde volver a la tierra.

El resto de la semana se mueve cálido y apaciguador. El miércoles 24, el encuentro entre Mercurio de nuevo en Cáncer y Venus a punto de irse acentúa la necesidad de comunicarse desde el corazón. Es como si la palabra y la mente en general se viera forzada a untarse de la gracia y refinamiento de Venus. Hay chispa hasta para contar un buen chiste, quienes escriben parecen más inspirados que nunca, de hecho, hasta el dinero puede llegar más fácil por esas vías. La mente se vuelca hacia la belleza, los pensamiento son fácilmente armónicos, cosa que cae de perlas para la mente, el cuerpo y el alma. Es un buen día para acordar citas y encuentros con fines de asociación, todos parecen ceder más fácil que en otras ocasiones.

El cielo sigue generoso, el jueves 25 un trígono entre Marte en Leo y Júpiter en Sagitario trae buena suerte para todos aquellos que se atrevan y se lanzan. La vitalidad y fuerza física propia de este encuentro facilita tener iniciativa y creerse el cuento. El militar Marte inspira al benévolo Júpiter a dirigir proyectos, lanzar propuestas y ejecutarlas. Los viajes planeados bajo esta influencia se disfrutan.

Con el Sol en Leo es tiempo para salir al ruedo y brillar. El trígono que hace con Quirón el domingo 28 recuerda que brillar viene de ayudar a otros a hacerlo. Cuando Quirón y el Sol se encuentran, la parte masculina de cada quien se puede sentir afectada y la individualidad se trastoca. Este trígono armoniza la visión que uno tiene hacia la vida, los talentos que uno siempre ha temido usar aparecen como llaves para abrir puertas que siempre han estado cerradas. La conciencia de quien es uno se hace lúcida, como una sensación de tener muy claro quién es uno y qué quiere uno en la vida.

Ruja fuerte y mueva su melena, ¡la selva es suya!

Avanti kittens.

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