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La Concha

When manifesting… ¡Paisajee!


La mente es un órgano y tiene el fantástico poder de convertir en realidad todo lo que se le atraviesa. No siempre se es consciente de este hecho –y si así fuera uno sería más cuidadoso con los pensamientos- pero es verdad, donde la mente se posa ahí ocurre todo. Todo lo que pasa por la mente tiene la posibilidad de manifestarse en el plano físico. Lo que comúnmente se llama Ley de Atracción no es más que la influencia que tienen los pensamientos sobre la forma que toma la vida.

Desde la antigüedad, generación tras generación, todas las civilizaciones han compartido el mismo mensaje, enfocar la mente en lo que uno quiere manifestar. El Kybalion de Hermes Trimegisto habla del mentalismo como primera ley universal en cuanto afirma que el universo y todo lo que lo compone –materia, energía, emoción, pensamiento- es mental. Uno de los principios del Karma versa Yad Bhavam Tad Bhavati, lo que significa ‘te conviertes en lo que piensas’.

La mente y el corazón son los canales de comunicación entre el cuerpo físico y la realidad etérica del Universo. La conexión etérica no responde a la existencia de una sustancia en particular, la telepatía, la telequinesis, la clarividencia, entre otras, son sola formas como esta ‘sustancia invisible’ se manifiesta. Comprender que todo es vibración y que esta es la manifestación de la forma como la mente funciona es entender la alquimia de la vida.

Todos los pensamientos están conectados, la actividad en el campo etérico se estimula a través de muchas fuentes, la cinestesia, la electricidad, el magnetismo y una muy importante, el pensamiento. Aunque suene disparatado, el pensamiento actúa como un conductor telepático, siendo pues cada pensamiento, un espejo individual que se refleja en el colectivo.

La energía es la moneda del universo. Cuando uno le presta atención a algo es como si lo comprara, en ese momento uno permite que la conciencia se centre en ello. La conciencia lo alimenta, le da energía y lo mantiene vivo. Entonces, cuando se trata de manifestar, ¿cómo enseñarle a la mente a paisajear?

¿En qué cree?

Es el punto más importante antes de considerar los otros. Uno va por la vida adoptando posturas con las que uno ni siquiera se siente identificado, comprando creencias. Hago hincapié en este punto porque, para empezar a manifestar, hay que creer en la que la mente es la piloto de este proceso. Si no cree en ello mejor ni siga leyendo.

Enfóquese en lo que desea

Y esto va muy ligado a los patrones con los que uno se comunica. Las afirmaciones, como las negaciones, resuenan fuerte. Sustituya el ‘hoy no me trasnocho’ por ‘mañana me levanto temprano’. Si ya se ha dicho que donde se centra la atención es donde sucede todo, pues hay que centrar el diálogo en lo que uno quiere manifestar. Poco interesa lo otro.

Huélalo. Siéntalo. Respírelo. Tóquelo

Tómese unos momentos para disfrutar su deseo en su mente. Asúmalo desde el inicio como algo que ya es una realidad. Visualícelo. En su mente, usted ya está en ese lugar.

Confíe

Sí, confíe. Entre el desear y el materializar hay un espectro amplio, hay que estar dispuesto a que la manifestación haga lo suyo. Hay cosas que deben salir, otras que deben entrar. No sé en qué cree usted, solo confíe. Confíe en el flujo natural del universo y véalo todo como un proceso. Todo se está acomodando para que lo que decreto se manifieste.

Agradezca

Sienta que todo se está dando como debe darse. Dé gracias por todo lo que en el proceso va sucediendo. Agradecer es una consecuencia de confiar. Usted pidió por algo, en el proceso sucede alguna cosa con la que no contaba, agradezca por ello. Ya verá que eso era un paso necesario en el deseo que persigue.

Téngase paciencia

Esto no es soplar y hacer vidrio. No se torture con pensamientos como ‘esto no va a salir’, ‘esto está muy complicado’ o ‘esto siempre me pasa’. Hay que ser muy cuidadoso con el diálogo interno. Usted tiene el poder de crear su propia vida. Está desarrollando habilidades para hacerlo. Esto, como montar en bicicleta, es cuestión de práctica. Haga del afirmarse a diario un hábito. No, no tiene que andar gritando en la oficina que usted es el mejor comercial, hágalo para usted mismo. Sea su mejor porrista. Recuerde, SI LO CREE, YA ES REAL.

Avanti witches.


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