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La Concha

StarPath 3 – 9 de junio. Luna nueva en Géminis. Lucidez


Entre lo divino y lo mortal, así es la dualidad de Géminis. Por un lado, echar chistes, ser simpático y algo superfluo. Por otro lado, la profundidad, abrirse para crear lazos insondables y conectar de verdad. El mito que le da vida a Géminis recrea esta verdad. Castor y Pólux eran hijos de Zeus y Leda. Leda estaba casada con Tindáreo y, una noche, luego de acostarse con él, también lo hizo con Zeus, quien se convirtió en cisne para seducirla. Con Zeus tuvo a Pólux y Helen; con Tindáreo tuvo a Castor y Clitemestra. Así pues, la sangre de los hijos de Leda corría entre ríos divinos (Zeus dios del Olimpo) y aguas de mortales (Tindáreo, rey de Esparta). Un día cualquiera Castor murió y su hijo Pólux, para poder salvarle la vida, le pidió a su padre Zeus que le permitiera compartir su inmortalidad con su hermano. Zeus accedió, se los llevó al cielo y los hizo inmortales convirtiéndolos en la constelación de Géminis.

La dualidad de Géminis en un arma de doble filo, o dispersa o da perspectiva. Esta semana se abre un nuevo ciclo lunar precedido por Géminis y el regente de esta lunación, Mercurio.

El ciclo de la Luna nueva en Géminis busca conexiones y comunicación de verdad. Al gemelo divertido de Géminis no le gusta lo intenso, siempre escapa de él con un comentario divertido o haciendo algún chiste. Pero entonces, sin profundidad, ¿cómo encontrar lucidez? Inicia el ciclo de sembrar ideas y conexiones nuevas, iniciar proyectos y llegar a acuerdos con otros, la apertura a la comunicación asertiva. Sin embargo, la luna trae desafíos. Mientras se situó junto al Sol, perfeccionó una cuadratura con Neptuno y una oposición con Júpiter en Sagitario, su signo opuesto –cosa que no ocurría hace 12 años-. Hay que enfocar la energía en lo que uno, de verdad, quiere manifestar; la ambigüedad en el lenguaje es lo que dispersa la energía. Y esta es la tarea difícil, sincerarse con uno mismo, ¿qué es lo que uno quiere? Si se trata de pedir un aumento, si se trata de invitar a salir a alguien, hay que ser y hacerlo claro. Y ser claro no significa hablar alto, es asegurarse de que lo que uno dice es tal cual lo que uno quiere transmitir. Una buena intención de esta luna nueva es pedir claridad mental para organizar las ideas. Sin pajazos mentales, es mejor tres ideas claras que siete sin forma (Luna cuadratura Neptuno). Hay que decirse la verdad sobre qué es factible ahora y qué no –y esta es la dualidad de Géminis que hay que matizar-, materializar ideas necesita de paciencia, autodisciplina y, sobre todo, claridad (luna oposición Júpiter). Esto se traduce a todo, claridad para ofrecer disculpas o mandar un portazo, claridad para escribir una carta de amor o un memorando.

Mercurio, regente de esta luna nueva, está activado esta semana. Ayer martes 4 hizo su entrada en Cáncer. La claridad llega de una mentalidad sensible e intuitiva, influenciada por las emociones pero no dominada por ellas. Creo férreamente que el gran desafío de la raza humana es la comunicación, la capacidad de abrirse, compartir y también recibir. Escuchar al otro para empatizar y no para responder, eso es receptividad. La energía de Mercurio en Cáncer es psíquica más no intelectual, aprende observando y escuchando a los demás. La magia de este tránsito está en ‘ponerse en los zapatos del otro’, simpatía vívida.

Ya instalado en Cáncer, Mercurio se encuentra con Urano y Quirón el jueves 7. Esta cuadratura entre Mercurio y Quirón se suma a la necesidad de conectar con la realidad. Si la Luna nueva en Géminis es para aprender a conectar con el otro a un nivel más profundo, con esta cuadratura se matan a los fantasmas del cuarto de San Alejo. Conectar a otro nivel es abrir la puerta para que el otro entre y lo dejen entrar a uno, so pena que hacerlo le dé vida a fantasmas de la niñez. Mercurio en cuadratura a Quirón es desmitificar al coco que vive en el rincón más oscuro de la psique. ¿Cómo? Al estilo Mercurio, la palabra o llamada que evita o catapulta una desplomada, el correo electrónico que llega como catalizador y aviva una herida de la niñez. Con este ciclo las palabras cobran un valor magnánimo. Una vez que uno reconoce ese rincón psíquico oscuro, el sextil entre Mercurio y Urano ayuda a comprender los principios ocultos que operan en él y le dan vida.

El sábado 8 Venus se despide de su casa y llega a Géminis. A esta Venus no le gusta mucho decidirse, lo suyo es la dualidad y multiplicidad afectiva. Venus en Géminis es la ‘curva’ de esta luna nueva, se pueden crear lazos profundos y conexiones reales sin perder la ligereza y el encanto. La línea entre el juego y la superficialidad es delgada para esta Venus, le cuesta sentir con intensidad, entiende sus amores pero le es difícil sentirlos en las entrañas, ¡el gran dilema de los gemelos! El gran desafío de esta Venus es desarrollar responsabilidad y constancia emocional.

La cuadratura entre el Sol y Neptuno el domingo 9 refuerza la importancia de estar claro en lo que uno quiere. La confusión es una forma de auto engaño y, por consiguiente, de dispersión de la energía. Con esta influencia hay que tener cuidado con todo lo que se escuche o vea confuso, desde ofertas de trabajo ‘dudosas’ hasta iglesias y cultos estilo ‘Cruz de Gólgota’. Tomar unos minutos para meditar, salir al aire libre o simplemente tomar el sol ayuda a despejar la mente y aclararla un poco.

Que cada palabra que salga de su boca se la mejor expresión de su ser.

Avanti speakers.

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