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La Concha

Starpath semana 9 – 14. Lo bueno toma tiempo


"Manos que todo lo quieren tener

Paciencia murmura una vieja

¿Para qué contar los pasos, las horas, las noches en vela?

El precio de esta flor, que forzada a correr marchita,

Son horas de sol, gotas de sangre, noches sin velas".

La Concha

Ah sí, la Visa, la palabra que más he usado este último año. Acabo de borrar una página entera de lo que iba a ser mi starpath de esta semana, lo re escribí porque, una vez más y como siempre lo he dicho, la Astrología funciona cuando es práctica y se vive en el día a día.

Llegué hace cinco meses a Barcelona, hace un año exactamente empezaba a gestionar los trámites de lo que prometía ser mi viaje de estudios, cuanta verdad, vine a hacer un máster en Narrativa, a seguir formándome en Astrología y, mi máster más importante, el de mi vida.

Desde que llegué no he hecho sino recibir y dar, la dialéctica de la vida, recibir lecciones, dar amor, recibir amor, dar lecciones con amor, entre otras. Me fui de Colombia no porque estuviera triste, tampoco salí escapando de nada, quería intentarlo de otra forma, en algún punto sentí que estar allá se me había vuelto una peligrosa zona de confort. La vida que llevo acá dista mucho de lo que me imaginaba que iba a ser, una cosa es la casa sobre planos, otra cosa es la casa ya hecha.

Era abril de 2018, recuerdo que estaba feliz porque La Concha empezaba a dar frutos, yo ya tenía en mi cabeza el plan de venir a estudiar así que, el hecho de que La Concha me estuviera dando para gestionar mi viaje era de las cosas más gratificantes que me podían estar pasando. Por esos días Saturno, ya instalado en Capricornio, tendría una cuadratura con el Sol en Aries. Entrado septiembre se volvió a dar la misma cuadratura, ya con el Sol en Libra –en ese momento me habían negado mi Visa-, esta semana Sol y Saturno hacen su primera cuadratura del 2019. Las situaciones son distintas pero el marco de referencia es el mismo, se trata de mi hija boba, La Concha. La cuadratura del abril del 2018 esfumó algo para La Concha y, en consecuencia, afectó el capital que estaba armando para ir organizando el viaje; luego en septiembre cuando me negaron la Visa debí sortear otro obstáculo que implicaba echar mano de más recursos. Hoy, un año después, la misma cuadratura se repite y el patrón es el mismo, obstáculos -planeé para hoy una reunión con una abogada por los tránsitos de esta semana-, me bajaron de un bus y me subieron en otro con un letrero que dice EL DESTINO (Mercurio trígono Nodo Norte).

Irse, dejar, empezar, todo proceso requiere –al menos para lograr lo que uno quiere- estar conectado con el corazón, seguirlo pero sin engañarse (Venus conjunción Neptuno), los procesos hay que tomárselos con humor. Como Saturno está en Capricornio, y en mi casa II –súper regencia-, cada vez que hace aspectos importantes el tema que afecta de entrada es el de mis recursos, la forma como los administro, el valor que le doy a mis habilidades, todo ello dentro del marco de La Concha, este es mi ciclo actual. Lo pensé, lo logré, lo sigo logrando, nunca se deja de estudiar, soy una eterna estudiante, estoy acá por La Concha, una extensión mía, la hija que ahora he de criar y que me está criando. ¿Va a ser fácil, lo ha sido? No. ¿Logré venir, he logrado vivir con La Concha acá? Sí. Con las cuadraturas Sol – Saturno lo mejor que uno puede hacer es aprender a fluir, sobre todo si se viene la retrogradación de Júpiter y una cuadratura entre el Sol y Plutón –Plutón y Marte son planetas dominantes en mi carta por mi ascendente Escorpio-.

Plutón y Saturno están ambos en Capricornio, los dos haciendo cuadratura con el Sol en Aries, estas piedras pesan, desafían al más optimista, minan la vitalidad, frenan, generan pesimismo, soledad, uno empieza hasta a replantearse, al mejor estilo de He-Man, si todo esto vale la pena. Con Plutón en el combo las piedras pueden venir como aplanadoras, situaciones sobre las que uno tiene poco control, luchas de poder contra instituciones y normas establecidas, estructuras, solo queda respirar y dejar ser. Claro, la influencia de Plutón en Capricornio es derribar estructuras para crear otras, con Saturno, amante de la tradición y del orden, todo debe ser organizado, con paciencia y paso a paso.

Sin duda el proceso me ha llevado a cuestionarme quién soy, de qué estoy hecha, cuáles son mis verdades y cómo quiero expandirme y expandir este cuchitril. Júpiter empieza a retrogradar esta semana en Sagitario –hasta el 11 de Agosto-, en mi carta lo hace en mi casa I. Sí, quiero expandirme, quiero crecer, vine a eso, busco mejor calidad de vida. No, no va a ser a mis caprichosos tiempos, cada paso debe ser meditado, prudente, guiado por mi verdad, cualquiera que esta sea. La retrogradación de Júpiter no es como la de Mercurio, esta no se trata de vuelos que se retrasan o firma de documentos, esta es una pausa para indagar sobre las verdades que uno se dice y se cree, algunas para crecer, otras para seguir socavado, el auto engaño. Conectar con la sabiduría interior es decirse a uno mismo la verdad, como pararse frente a un espejo, duela lo que duela. ¿Para quién hago esto? ¿Esto es para mí o para impresionar a otros? ¿De verdad me como el cuento de lo que estoy haciendo?

No todo es pesadez, las fuerzas deben equilibrarse de alguna forma. Ya llegué hasta acá, abandonar no es una elección y ángeles de la guarda hay por montón. He hecho grandes conexiones en muy poco tiempo, por cada piedra aparece un comodín que me echa la mano, lo importante es estar atento a las oportunidades y actuar en el momento correcto (Mercurio trígono Venus). Me ha tocado aprender a enfocar la energía en lo que quiero manifestar, ¿a qué vine, qué estoy buscando? Hay momentos para la fiesta y el romance –y de esos ya tuve bastantes- mi momento acá es otro, el deber tiene que tomar primacía sobre los placeres, al menos por ahora (Venus sextil Saturno). Yo siempre he sido de amar fuerte, de emociones poderosas, la maestría que también curso ahora es la de transferir esa naturaleza a lo práctico, a lo creativo, con constancia (Venus trígono Plutón).

Todo tiene su recompensa, la honestidad y las verdades personales con las que uno encara la vida siempre traen herencia, las piedras, los baches, las ángeles y las noches en vela un día tienen sentido y se vuelven oro (Sol trígono Júpiter).

Grimoire abierto. Avanti.

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