Lloro por mí y por ti, por las lágrimas que derrama el cosmos ahora que muda de piel y le da vida a nuevas estrellas. Te visite en los sueños para mostrarte que todos estamos mutando, me atreví a llorar por tus ojos para que guardes de tu agua, un día tú me devolverás el agua que hoy yo te regalo.
Se siente raro esto de cambiar de piel, el reflejo de muchas personas se va evaporando, como si una nave espacial se las llevara a otro planeta, se siente raro saltar al vacío y, lo peor aún, saltar sin saber a dónde se va a caer.
Sí, volví a nacer en esta vida pero desde la última vez que lo hice mucho cambió, aun cuando intente utilizar las viejas fórmulas ninguna me sirve de nuevo, decidí quedarme acá para vivir más allá de esta amañada tridimensionalidad, tú también decidiste quedarte acá y hacer lo mismo, así no lo recuerdes. Todo va más allá de los cambios físicos, lo que se necesita para estar acá no es lo mismo que se necesitaba para estar antes, eran otros espacios, otras personas y otra realidad, ahora se trata de la multidimensionalidad con otra perspectiva física y otra consciencia. Estoy sentada en un café, los carros ya no me parecen los mismos, las conversaciones no suenan igual, las voces de aquellos a quienes creía conocer ya no me son tan familiares, definitivamente este espectro mío se está abriendo a otra dimensión.
Acá estoy, decidida a saltar al vacío cuantas veces sea necesario, aprendiendo a ver los carros y las calles con otros ojos, no son las mismas calles ni los mismos carros. Saltar al vacío para darme cuenta que ya no soy la misma, así pretenda usar la versión vieja que tengo de mí, ya ello no me funciona, esta nueva perspectiva me está enseñando cuántas veces se puede morir y nacer, de hecho, en esta nueva visión la muerte y la vida dejaron de ser un enigma pues vivo entre ellas a diario, la muerte y la vida son lo mismo.
Este es un nuevo mundo, atrás van quedando los sitios, los colores, los olores y sabores del viejo mundo, mis sentidos se están acostumbrando al lugar que ahora habitan, cuando intento volver a pensar o actuar como solía hacerlo, pasa un carro rápido que me dice ‘cuidado, está calle es más rápida que las que solías caminar, debes andar con los ojos abiertos para que no te estrelles’, definitivamente no soy la misma. Y sí, en mi subconsciente intentaré sabotearme, sentir lástima y pesar por mí será una forma de estancarme, mi antigua versión presionando para que no tome responsabilidad de la realidad que ahora me corresponde vivir. Lo viejo se siente peligrosamente cómodo y estático, parecen unas manos que me impiden saltar.
Ya no puedo relacionarme de la misma forma, las personas que llegan ahora son tan diferentes que ser la misma es una pérdida de tiempo. Mis manidas formas de pensar tampoco aplican, lo único que hacen es confundirme, mi nueva versión me susurra al oído ‘sigue, no te detengas, tal vez entres por esta puerta y salgas por otra inesperada, te sorprenderás cuando veas que era la salida a la puerta que buscabas’.
Me volví invisible para lo que antes era visible, en muchos espacios mis palabras ya no resuenan y hay calles donde los carros no me ven, es que este nuevo prototipo no es lineal, y así con todo lo abrumador que esto pueda ser, debo aprender a vivir con ello, debatirme entre lo estático y lo impasible. Me volví la observadora de una vida que ya no me pertenece, lo reconozco, a veces me duele, de nuevo la voz me susurra ‘tranquila, tú ya no eres esa tú, te enamorarás de ello’.
¿Dónde están mis amigos, dónde están las voces de la radio que escuchaba en las mañanas, los sabores de las frutas y el viento que antes me acariciaba? Siguen ahí, están presentes en una realidad en la cual ahora no estoy, ese es el paradigma de la multidimensionalidad, no dejaron de ser ni estar, yo tampoco, solo que está muy lejos para poder percibirla, sin embargo, está a mi lado y no ha dejado de estar ni de ser, otro universo paralelo donde sigo siendo la misma que este plano ya no soy.
A veces lloro sola porque no entiendo las formas, el universo que ahora habita también llora porque no entiende las mías, a pesar de ello todos los días me habla amorosamente y me insiste en que no desfallezca, mi fuego se avica y mi alas se despliegan igual que cuando nací en la otra realidad por primera vez.
Todo huele diferente ahora, mi reflejo en el espejo cambió, mi voz ya no es tan fuerte y me volví lánguida entre las luces de los semáforos, este es el amanecer de un día que pedí ver.
Despierta, tu alma ya saltó.