Nueva semana, nueva energía. Pocos días quedan antes de que llegue el verano, la luna nueva se instala ligera y racional en Géminis, por su lado Mercurio y Venus hacen switch para entrar a Cáncer y Leo, respectivamente.
Este novilunio llega con oportunidades para aprovecharlas y convertirlas en avances. La Luna nueva en Géminis es un respiro emocional para tomarse las cosas con menos sentimentalismo y más racionalidad. Géminis es el primer signo de aire, mutable, masculino, ligero, al contrario de las lunas en signos de agua, la luna en Géminis es versátil, perspicaz y adaptable. Esta luna no gusta de tomarse las cosas personales, por el contrario, tiene siempre muchas ideas, es un ciclo para aprender a tomar decisiones con más cabeza que corazón; la vida a veces exige ser prácticos para no permitir que las emociones nublen la verdad.
Claro, si las emociones se van a racionalizar entonces la mente tiene que sensibilizarse y volverse intuitiva, para eso llega Mercurio a Cáncer. Cáncer rige la conciencia intuitiva y Mercurio ahí vuelve la mente altamente psíquica y simpática pues absorbe conocimientos escuchando a los demás, aunque a veces corre con el riesgo de ser caprichosa y apocada.
Y siguiendo con la onda ecléctica y movida de este novilunio la diosa del amor, Venus, llega a Leo dando lecciones de amor sincero, serio y cálido, es un ciclo para cosechar seguridad personal sin caer el dramatismo, es la energía de decir ‘te amo’ a los hijos, de socavar el exceso de orgullo y esnobismo a través de la creatividad artística.
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