Seguimos avanzando hacia el solsticio, esta semana, el miércoles 6, tenemos el desintoxicante cuarto menguante de la luna en Piscis, el ultimo signo de agua y mutable, el último signo de la rueda zodiacal. No hay mejor momento cósmico en este mes para soltar, para dejar ir, para permitirle al agua del mar que se lleve todo lo que ensucie el camino. La conjunción del Sol y Mercurio en Géminis -primer signo mutable- llega como una revelación o una verdad que se hace más que clara, gracias a la cuadratura que Neptuno hace con ellos al mismo tiempo, puede ser que algo dentro de uno se resista a ver la verdad y enfrentarla -como esa borrachera mental y emocional que uno insiste en mantener pero que poco a poco se desvanece-, claro, vivir en la quimera de lo platónico es lo más fácil y cómodo pero también lo más peligroso. No sé, creo que en esta instancia uno ya está bien consciente de qué está funcionando y qué no, qué hay que soltar y qué hay que atraer, ya está bueno de vivir en fantasías, las revelaciones se harán evidentes esta semana y para muchos no queda otra que despertar.
La luna en Piscis es una luna altamente sensible, intuitiva –hasta medio clarividente- y emocional, es una luna que brinda sabiduría para reconocer dónde hay apegos dañinos que están frenando el andar y qué pasos hay que dar, cómo actuar, rectificar, tomar medidas y soltar. El Sol en Géminis es muy versátil, lleno de posibilidades, poco fan de la sensiblería, este Sol sabe ver las dos caras de la moneda para pensar con sobriedad mental y soltar sin drama.
Qué todos naden con la corriente de la verdad…
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